::abraza a su cuadernito::
Ahora, gente, os propongo celebrar el día de San Isidro como se merece, primero pasando por el journal de
Nadie que no haya cogido nunca un by-pass de los de Gallardón entenderá de lo que le hablo, la angustia total de ir tranquilamente por la carretera y de repente, del carril central aparece un tunel que te traga y te suelta en mitad de la carretera de A Coruña, la impotencia cuando no tienes más remedio que coger uno de los túneles y de repente te ves ante seis carriles diferentes que te llevan a diferentes lados, con indicaciones nulas y tienes que elegir una de las tres direcciones más al azar que otra cosa rezando todo lo que sabes para no acabar en mitad de la carretera de A Coruña.
¿De qué cojones va tanto kilómetro de tunel seguido? coches y más coches, todos aparentemente acojonados por un túnel que no parece tener fin, sin cobertura, sin señal de radio mientras imágenes de Silvester Stallone haciendo una voladura se pasean en bucle por tu cabeza. ¿Y todas esas salidas de emergencia? ¿a dónde coño van a parar?
Mieeeeeeeedo
Y sabéis lo peor, lo peor es que Gallardón ha dicho que si gana se propone soterrar también la M-40.
Señor Gallardón. Sotérrese
Después de este momento patrocinado por "la cantidad de vueltas que me he dado por el subsuelo de Madrid esta mañana no tiene nombre" tengo varias proposiciones y preguntas indecentes.
La primera es directamente para
La segunda va orientada a
La tercera es para recordarle a la humanidad que el 3 de Agosto
Por último recordaros por enésima vez el Maratón para este sábado (Lorenzo y Laura todavía no han confirmado ni denegado asistencia, seguiremos informando) y que en

Y por si por alguna razón que no logro comprender todavía no te has pasado por el journal de
Cuando Dean cumplió dieciocho años no pasó nada especial. Los demonios del mundo no decidieron dejarle tregua aquel día para celebrar que traspasaba una línea imaginaria divisoria de la infancia y la vida adulta, a lo mejor era porque Dean nunca tuvo una infancia de verdad o quizá porque todavía no pensaba como un adulto y probablemente nunca lo haría. Posiblemente porque en su vida aquel tipo de líneas imaginarias no existían.
Era eso o que los putos demonios del infierno no respetaban ni los jodidos decimo octavos cumpleaños.
No recordaba haber celebrado un cumpleaños decentemente desde que su madre desapareció y no tendría por qué haber albergado la esperanza de algo diferente por el simple hecho de que cumpliese la mayoría de edad. Sam le había regalado una cinta recopilatoria con los mejores temas de Metáica, ACDC y The Who. Su padre le había regalado una estaca de plata y una palmadita en la espalda.
No necesitaba nada más.
Era domingo y se había pasado todo el día exhorcisando a un demonio cabreado del granero de una pobre familia de la fontera de Wisconsin con Sam soltando parrafadas en latín y su padre bendiciento cantidades ingentes de agua. Justo como a cualquier chico le hubiese gustado celebrarlo, nada de clubs de alterne o casinos. Claro, la diversión vanal estaba demasiado sobrevalorada
Cuando llegaron al motel en el que se alojaban se lanzó sobre la cama aterrizando aparatosamente y encendió la televisión mientras su padre pedía una pizza por teléfono con mucha salsa barbacoa, justo como a él le gustaba, y Sam repasaba un libro de garabatos.
-No son garabatos, son runas
Lo que fuese
-Deja de lloriquear, va a empezar Expediente X
Su padre había colgado el teléfono y con una delicadeza ruda difícil de definir se había tumbado junto a él en la cama con las piernas cruzadas a la altura de los tobillos
Parecía ser la única cosa que hacían en armonía los tres juntos, sentarse en habitaciones de moteles los domingos por la noche que podían para ver la televisión, para ver aquella seríe en concreto. No es que fuese especialmente fiel a la realidad pero bueno, no era “En los límites de la Realidad” y les hacía gracia ver las cosas que se inventaban los guinistas tratando de ser “realistas”.
Veían Expediente X con el ojo crítico y divertido con el que la mayoría de médicos veían Urgencias y aunque el episodio de la semana pasada en general había sido un poco coñazo la verdad es quehabían clavado bastante bien todo el asunto del chupacabras. Tenía curiosidad por ver que iban a hacer aquella semana con un monstruo que se regeneraba o algo así que anunciaban en las promos.
-No creo que un monstruo que se alimenta de tumores tenga mucho sentido
John hizo un gesto entre divertido y molesto ante las disertaciones de Sam
-Cállate de una vez… Scully
Hubo un momento en el que parecía que sí, todo iba a acabar ahí
-¿Cómo me has llamado?
O quizá no
-Scully es la empollona. Tú eres el empollón. Tú eres Scully
Que es que había que explicárselo todo, por no mencionar que tanto Scully como Sammy empezaban y terminaban por la misma letra, estaba claro que todo encajaba
-Scully es la bajita. Tú eres el bajito. Tú eres Scully
¿Acababa de llamarle bajito? ¿El mierda de niño al que se había pasado media vida preparando los Cheerios acababa de llamarle bajito? Iba a tener que darle una paliza
-Callaos los dos, así no hay quien se entere – la voz de John rompiendo el aire parecía lo único que podía atajar aquel tipo de discusiones entre los hermanos – Ninguno de los dos es Scully. Tú eres el de los pelos largos – dijo señalando a Sam- y tú el otro, el de las gafas – dijo señalándole a él- Yo sería Mulder
-¿Langly?
¿Su padre acababa de implicar que era Frohike? Por Dios, que era su cumpleaños, cómo podía decirle una cosa así. El era mucho más guapo y Frohike no se comía un colín. Ahora, Krycek ya era otra cosa
-¡Yo no me parezco a Langly! ¡En nada!
A su lado, su padre intentaba aguantarse la risa mientras Sam proclamaba su indignación
-Nenaza – susurró Dean